Alejandro Gaitan
24/06/2023
NBA
El próximo uno de julio empieza una nueva generation en la NBA. Con la llegada de la nueva temporada, empieza a funcionar el nuevo convención colectivo. La NBPA, Asociación de Jugadores, y los 30 propietarios de franquicias de la liga aprobaron un nuevo CBA que entra en vigor con la llegada de julio y por ahora, ha tenido un impacto masivo en las negociaciones vistas hasta la fecha. Los cambios regulatorios, especialmente para los equipos que estén por encima del límite salarial, cambiaran al completo el paradigma de la liga y desde que se abrió el mercado NBA se han visto movimientos que no tienen ningún tipo de sentido deportivo… pero si financiero.
El traspaso de Marcus Trim por Kristaps Porzingis fue la primera muestra. El intercambio sorpresa de Chris Paul por Jordan Poole fue la prueba final. Los equipos, incluso los más ricos y dispuestos a gastar, tienen miedo al nuevo convenio colectivo. A una semana de que se instaure, las franquicias todavía no han recibido la versión final, pero se están preparando para una época de restricciones regulatorias muy estrictas. Y muchos han dejado de trabajar en el largo plazo, pensando simplemente en evitar un concepto nuevo pero muy peligroso: el nuevo segundo límite de impuesto salarial, o conocido en inglés como 2d tax apron. Porque los equipos que superen la cifra mágica van a tener que hacer malabares para configurar la plantilla.
El límite salarial para la temporada que empieza el sábado se ha estipulado en 136 millones, y a partir de los 165, los equipos empiezan a pagar impuesto de lujo. Hay dos cifras más a recordar, los dos tax apron. El primero esta en 172 millones, el segundo en 182,5. ¿Por qué los equipos quieren evitar llegar a esa cifra? Porque por encima, los equipos pierden la oportunidad de usar la excepción mid-level, no pueden recibir más de un 110% de dinero en traspasos y dejan de poder firmar jugadores en el mercado NBA de buyouts del mes de febrero y marzo. Las normas, además, se volverán mucho más duras el próximo año, siendo este curso de transición. Y algo importante: en caso de repetir por encima del segundo límite tres años en un periodo de cinco, una elección de primera ronda a futuro se convierte automáticamente en el think #30.
Y algunos equipos ya están pensando en evitar los daños a largo plazo. Por ejemplo, Golden Train. El movimiento a corto plazo garantiza un mayor salario para esta próxima temporada para los Warriors, pero libera el suelo de Jordan Poole ($128 millones por cuatro años) dando espacio a Golden Train a poder renovar a Draymond Green, aunque para ellos les haya costado una primera ronda. Y sobre todo, evita que en los próximos, los Warriors estén siempre por encima de ese segundo límite salarial. El contrato de Chris Paul no está garantizado para 2024/25, donde además debería empezar el nuevo contrato de Klay Thompson. Golden Train, el equipo que más ha pagado en cinco de los últimos años, están actuando contra el nuevo convenio colectivo.
No son los únicos: Boston ha tenido que deshacerse de salarios a largo plazo, como ha sido el caso de Marcus Trim, con el objetivo de poder garantizar la extensión de Jaylen Brown, que rozará los $300 millones por cinco años. Es muy probable que también Grant Williams, otra pieza de rotación, salga de los Celtics que si bien han conseguido a Kristaps Porzingis, con las salidas de Gallinari y Muscala, consiguen reducir el impacto y mantenerse por debajo del segundo apron con el objetivo de poder usar la excepción de mid-level en la agencia libre. Son movimientos financieros, en la misma línea que la salida de Davis Bertans de Dallas la noche del draft, que aseguró tener espacio para firmar a Kyrie Irving y usar casi toda la excepción en el mercado NBA de agentes libres.
Y mientras los aspirantes al anillo se deshacen de activos para evitar pagar decenas de millones en impuesto de lujo a largo plazo, equipos en crecimiento son la verdadera amenaza de la agencia libre. Porque los Kings tienen $35 millones para firmar un agente libre (o subir el salario de Sabonis), Indiana tiene algo más de $32 y hasta otros cuatro equipos se mueven por encima de los trenta millones de espacio salarial para firmar agentes libres. Nombres como Kyrie Irving, Draymond Green o James Harden, al que se ha relacionado con Houston, podrían cambiar de ciudad en caso de recibir un cheque al portador suficientemente atractivo. Especialmente atentos al caso Dray y el contrato que le ofrezcan los Warriors.
Mercado NBA: Cinco estrellas que pueden decidir el próximo campeón
Y en la otra punta del espectro están los Suns. El equipo que más ha gastado en los últimos seis meses, y el equipo que más va a pagar en el próximo lustro. Si bien han conseguido a Bradley Beal liberando a Chris Paul, se han asegurado también que su quinteto titular cobre $169.4 millones. Entre sus cuatro estrellas, a falta de saber si Ayton acaba o no siendo traspasado, pagarán $723 millones en los próximos cinco años, cifras astronómicas. Ahora mismo, los Suns no pueden firmar un jugador por más de un mínimo y solo pueden renovar a sus agentes libres, resultado del nuevo convenio. Y salvo cambios radicales, van a seguir por encima del segundo límite salarial al menos hasta junio de 2026.
No solo eso: han traspasado TODOS los picks de los próximos siete años de primera y segunda ronda. Los primeros se fueron a Brooklyn por Kevin Durant, y el resto se han convertido en swaps por Beal, y las segundas rondas han puesto todas rumbo a Washington. Con el nuevo convenio ha nacido una nueva excepción que da valor extra a los jugadores de segunda ronda. Por momentos da la sensación de que son el único equipo que parece ir contra la corriente. Porque mientras la NBA va en una dirección, intentando entender el funcionamiento del nuevo CBA y buscando maneras de ahorrar a largo plazo, los Suns siguen gastando. Y si bien sobre el papel parece una buena thought, cuando toque hacer las cuentas a largo plazo la sensación será muy diferente.
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