🔴 >> El Estado compra por 160.000 euros el Solana de Ansorena

🔴 >> El Estado compra por 160.000 euros el Solana de Ansorena

La escena con máscaras, típica del madrileño, destacó en la cita de los días 30 de septiembre y 1 de octubre junto a las ventas de Zóbel y Sorolla

Gran inicio de temporada de la casa de subastas Ansorena, tal y como se preveía viendo las obras que se ofrecían en su primera cita; de ello hablamos con largueza en nuestro artículo de previos (ver).

La venta más importante fue la del lienzo de 1921 de José Gutiérrez Solana, un soberbio y relativamente colorido Carnaval en las Ventas (O/L, 81 x 60,5 cm; 776), que había sido titulado en otras ocasiones Máscaras del arrabal, Mascarones del pueblo o Carnes tolendas. Importante retrato de las fiestas y los lugares de aquella época pasada (ver), salía a pujas desde 80.000 euros, que fueron atractivos para dos compradores que pujaron al teléfono y que terminaron subiendo la cifra hasta los 130.000 euros de martillo. En ese momento, el Estado ejercitó su derecho de tanteo y se hizo con la obra, probablemente con destino al Museo Reina Sofía de Madrid, para lo que tendrá que abonar los 159.900 euros finales.

Había titulado mi artículo con los nombres de Zóbel, Sorolla y Solana. Joaquín Sorolla también estuvo a la altura de lo que se esperaba de él. Su tablita de hacia 1904, Playa de Valencia (O/T, 13,5 x 25,5 cm; 775), procedente de la testamentaría adjudicada a su hija Elena (serie F, número 15, como Baño en la playa), y expuesta en Londres en 1908 y en Nueva York en 1909, era un abocetado estudio de más de quince figuras en el mar con dos barquichuelas al fondo. Por eso no fue extraño que las pujas subieran desde los 55.000 euros de inicio hasta los 90.000 del remate, ofrecidos por un coleccionista al teléfono, que deberá pagar finalmente 110.700 euros.

En otro orden, pero siendo aún importante, se adjudicó por los 50.000 euros que se pedían el Retrato de Emilia Sánchez-Guerra y Martínez (óleo y temple/L, 90 x 81 cm; 774), pintado en 1921 por Julio Romero de Torres. La retratada estaba casada con Tirso Rodrigáñez Sagasta, abogado, ministro de Hacienda y gobernador del Banco de España.

Si retrocedemos al siglo XIX, debemos mencionar la subida de 9.000 a 14.000 euros de un buen Retrato del rey Fernando VII (O/L, 99 x 77,5 cm; 627), aunque fuera de escuela española. Me parece significativo que el curioso Retrato de Bécquer, 1858 (O/L, 52,5 x 43,5 cm; 768), pintado por Raimundo de Madrazo con 17 años cuando el poeta tenía apenas 22, subiera de 3.500 a 6.500 euros; parece clara la influencia de la exposición sobre el pintor que se muestra estos días en la fundación Mapfre de Madrid.

Atribuido al italiano Antonio Joli, inspirado en obras de Viviano Codazzi y de importantes dimensiones, su Capricho con termas romanas (O/L, 138 x 138 cm; 658) casi duplicó su estimación al pasar de 24.000 a 42.000 euros. Viendo las variantes que comentamos en el artículo de previos, no fue extraña la subida. Sí lo fue, al menos para el que esto escribe, la subida de 1.200 a nada menos que 7.500 euros del Ecce Homo (O/L, 74 x 58 cm; 609), de Escuela italiana del siglo XVII.

De los inicios de ese siglo, hacia 1621, era el Retrato de don Manuel de Moure, II marqués de Castel Rodrigo, c. 1621/3 (O/L, 108 x 85,5 cm; 652), del retratista Rodrigo de Villandrando; con calidad e interés por el retratado, pasó en poco tiempo de 9.000 a 20.000 euros. Más interesante aún fue la venta de la impresionante tabla del Maestro de Borja, San Pedro caminando sobre las aguas (O/T, 135 x 87 cm; 645), dada ya a conocer por Post en 1966. Pintada hacia 1525-1535, y asociada a veces a los nombres de Pedro de Aponte y de Cristóbal de Cardeñosa, se disparó desde los 12.000 euros de inicio hasta los 32.000 euros finales, ofrecidos por un coleccionista al teléfono. De esa misma época, hacia 1520-1530, la tabla del Rey Ezequiel (O/T, 84,5 x 68 cm; 647), del Maestro de Becerril, subió también, de 10.000 a 19.000 euros esta vez.

Si volvemos al siglo XX, nos encontramos con la tercera gran compra de la cita. Me refiero al lienzo de Fernando Zóbel, Los Hocinos IX, 1979 (O/L, 100 x 55 cm; 260), versión novena como indica el título de una de las sequence más conocidas de su mano. Adquirido por el actual propietario directamente al artista, se adjudicó por la salida, 90.000 euros (110.700 euros precio last). Siendo venta importante, vaya por delante ese reconocimiento, me lleva a pensar si no estamos asistiendo a un cierto estancamiento o incluso recesión de su cotización pues estas piezas hasta hace bien poco eran pujadas por varios coleccionistas, que parecen haber desaparecido.

Ya que estamos con mercado internacional (la mayor parte de Zóbel lo es), mencionemos también la subida de 40.000 a 48.000 euros, ofrecidos por un cliente en la sala, del lienzo del ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, Mujer con zampoña (óleo sobre táblex, 120 x 81 cm; 124), probablemente procedente de la galería Biosca, de Madrid.

En lo nacional ya, de 11.000 a 15.000 euros subió el Muro, 1991 (Tm y barro cocido/L/T, 150 x 190 cm; 256) de la valenciana Carmen Calvo, expuesta en el Monasterio de Veruela en 1992, en la galería Carles Taché en 1993, y en la Factoría Cultural de Terrassa en 2019. La escultura, me temo que sigue siendo el patito feo. Se ofrecían interesantes obras de Susana Solano, Xavier Corberó, Jaume Plensa y Ángela de la Cruz (colocada en esa sección). Pero sólo despertó interés la pequeña escultura de papel hecho a mano de Aurèlia Muñoz, Mineral vermell, 1988 (22 x 22 x 22 cm; 301), quizá precisamente por los apenas 600 euros pedidos, que subieron hasta los 1.900 de martillo. Sólo los mencionados remates ascienden a 560.000 euros. Gran inicio de temporada. Enhorabuena. Daniel Díaz @Invertirenarte

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