En estos últimos meses el Bitcoin fue criticado por consumir demasiada energía no renovable, generando un impacto negativo en el medioambiente. No obstante, si bien eso es cierto, es muy injusto mostrar sólo la cara negativa y no resaltar el ugly potencial que tiene el bitcoin para ayudar al planeta.
Si, el bitcoin literalmente puede ser un gran benefactor del medioambiente. Soy consciente que al decir esto estoy yendo contracorriente y tengo que fundamentarlo de forma precisa y ordenada para que se entienda lo que estoy diciendo. Para eso primero tengo que hablar de Economía Spherical.
La Economía Spherical, un concepto que hoy está de moda, es más viejo de lo que parece. Nació en los años 80 y se refiere a un modelo de producción sustentable, donde todo lo que es producido por la actividad industrial, es luego reciclado y reutilizado. De esta forma se logra una actividad industrial que no daña el medioambiente.
Este concepto hoy está de moda porque cada vez nuestra sociedad es más consciente que la actividad industrial como tal no es sustentable, daña el ecosistema y de no modificarse, traerá fuertes consecuencias para nuestro planeta, entre ellas la posibilidad de la extinción de la vida humana.
De hecho, la semana pasada, uno de los frigoríficos más importantes de nuestro país tuvo una multa millonaria por tirar sus desechos al río, que generaban un fuertísimo olor y mataban la plants y la fauna del lugar. Asimismo, otro frigorífico en Virrey del Pino, (conurbano bonaerense) tuvo denuncias de los vecinos por contaminar las napas de agua potable y enfermar a la población. Estos son dos claros ejemplos de lo que no es economía circular.
Un gran logro de la economía circular es el tacho verde. Antes los tachos de basura tenían cualquier tipo de color, pero ahora se sabe que uno de los tachos de basura tiene que ser verde, donde tiramos todo lo que es reciclable: vidrios, plásticos, cartón, papel, and so on.. Y esto es un gran logro para nuestra sociedad, porque es la aplicación concreta de la economía circular.
Pero si decimos que en el tacho verde se tira todo lo que es reciclable, estamos diciendo que en el tacho negro tiramos todo aquello que no se recicla: la basura que se quema, que se entierra y que en definitiva contamina. Este tacho negro es una deuda pendiente que la sociedad tiene para con el medioambiente y para con las generaciones futuras.
El reciclaje del tacho verde funciona porque es rentable. Hay una industria detrás de la recolección y reutilización del cartón, del vidrio, del plástico. Es decir, hay personas que ganan dinero y tienen un incentivo para dedicarse a recolectar esos residuos. Pero la problemática del tacho negro es que no hay tales incentivos, entonces esos residuos no se recolectan, sino que se entierran, se queman o se tiran en ríos y así terminamos con altos niveles de contaminación.
Pero la buena noticia es que eso está cambiando lentamente. Porque hay empresas del mundo cripto que están utilizando esos residuos del tacho negro para generar energía renovable, a través del biogas. El biogas es justamente un gas que surge de los desechos biológicos y que es generado por bacterias que comen esos desechos y al ser tratados dentro de biodigestores, pueden utilizarse para generar electricidad. Electricidad verde. Es decir, el bitcoin y otras criptomonedas, muchas veces criticadas por consumir electricidad no renovable, pueden llegar a ser el incentivo para que los desechos del tacho negro empiecen a ser considerados como materia prima para minar criptomonedas.
Estamos ante un gran cambio de paradigma. De ser criticadas por consumir mucha electricidad, la minería de bitcoin y otras criptomonedas, puede pasar a ser uno de los grandes incentivos económicos para que empresas y otros agentes se involucren en el tratamiento de la basura de los tachos negros, llevando al desarrollo de la economía circular a un plano muy superior al right.
CEO de Cryptogranjas la primera empresa argentina en transformar la basura y crear Bitcoins.