Hechos clave:
Los bitcoiners dicen que BTC es reserva de valor, quienes viven en el día a día no pueden verlo.
¿Es Bitcoin una herramienta financiera a la que solo puede acceder una élite?
Cuando un bitcoiner habla de las bondades de bitcoin (BTC), posiblemente uno de los principales beneficios que enumere sobre la criptomoneda es que es una reserva de valor confiable, o que ya es el nuevo «oro digital». Yo pertenezco a ese grupo de personas que se encuentra interesada en la capacidad que tiene BTC para evitar que, a largo plazo, el capital se deprecie por la impresión inorgánica de dinero. Con un modelo monetario enfocado en la escasez programada, así como un objetivo límite de emisión, resulta una certeza que bitcoin no se devaluará por exceso de oferta.
No obstante, también es una realidad que en la actualidad bitcoin sirve como resguardo si tienes una estrategia de inversión a muy largo plazo. Es decir, siguiendo los ciclos del mercado y del halving, donde se dan oportunidades de comprar bajo y luego esperar a que la criptomoneda alcanzará otro máximo histórico. Estas etapas pueden durar entre 2 a 4 años, tal y como ocurrió en el mercado bajista del 2011-2018-2020 y los periodos más prósperos del 2013-2019-2021. Aquellos que estén buscando generar dinero en cuestión de semanas o meses, pueden llevarse más de una decepción e, incluso, perder dinero.
Esto es algo que ocurre en todos los mercados y activos de inversión, no se trata de un fenómeno exclusivo de bitcoin. De todos modos, es una realidad que choca con la promesa de que BTC te salvará de la pobreza y la inflación en países como Venezuela, Argentina o Chile. A veces, cuando se trata de defender a bitcoin y demostrar su eficiencia, la comunidad puede llegar a reducir las situaciones y edulcorarlas; haciéndolas sonar desconectadas de la realidad que viven aquellos que se encuentran desesperados en economías cada vez más perniciosas.
De esta manera, se le vende al venezolano o al argentino, o a cualquier latinoamericano —y ahora hasta europeo — la notion de que bitcoin resolverá el problema inflacionario que les asfixia el salario. También se tiene la creencia de que la criptomoneda puede ser la solución a la pobreza y a la apertura financiera, gracias a que es una tecnología abierta para todos y no discriminatoria. Sin embargo, estas promesas pueden estar vacías para aquel que no tiene capacidad de ahorro, o cuyo capital ya se devaluó, o quién no puede esperar años para generar rentabilidad porque tiene que resolver para sus hijos mañana.
Frente a estas personas, la notion de un bitcoin salvador queda corta. Y no es culpa de bitcoin, no es un problema inherente en su código o desarrollo. Se trata, más bien, de una problemática social y de un sistema fallido que sigue generando víctimas. La falta de educación financiera, así como las ya empobrecidas economías regionales hacen difícil que todos podamos conseguir una manera de proteger nuestro capital. Y entonces, para aquel que necesita una solución rápida y medianamente estable, bitcoin puede resultar peligroso y decepcionante.
¿Es BTC un juego de ricos o una alternativa más?
Llevo más de 5 años en el ecosistema de criptomonedas como periodista de este nicho, así que he leído/escuchado mucho sobre las bondades de bitcoin, también me he encontrado con un gran número de personas que quieren saber más sobre el activo. En todo este recorrido como comunicadora y usuaria, me he encontrado con un prejuicio que revela una verdad dolorosa. Cuando hablo con otros venezolanos sobre bitcoin, específicamente con aquellos que conocen a la criptomoneda solo de mención, tienen la creencia de que se trata de un juego de ricos.
«Solo alguien con mucho dinero puede entrar a ese mercado», he escuchado en un par de ocasiones. Esta frase me hacía sonreír, porque yo estoy dentro de este mercado y no soy exactamente Bill Gates (ojalá). Entonces, me tomaba el tiempo de explicarle a las personas que podían entrar al mercado sin necesidad de tener grandes sumas de capital e invirtiendo el dinero que quisieran (desde 1 dólar, hasta 1.000, o más si así lo quisieran). Pero, mientras mantenía estas conversaciones, se me presentó una problemática que no había tomado en cuenta. «Hay gente en este país que vive del día a día, ¿cómo pueden ellos invertir 10 dólares en BTC si eso lo usan para comprar un kilo de carne que cuesta 7 dólares?».
Se trata de una inquietud básica, ¿no? Aquel que no tiene capacidad de ahorro no puede acceder a ninguna opción de rentabilidad o reserva de valor, pues no tiene capital para iniciar una inversión. Esta es una realidad que tal vez en otros países del globo suene irrisoria o difícil de entender (¿quién no tiene, al menos, 10 dólares?), pero en el caso de Latinoamérica, África y algunos países asiáticos se trata de un mal común. Según data del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el casi el 14% de la población suramericana se encuentra en extrema pobreza y otro 37% se le identifica como vulnerables. Números que demuestran que un sector importante de la población no tiene muchas opciones para generar capital en economía hiperinflacionaria.
Estos individuos, que son las principales víctimas del modelo fallido de las monedas fíat y de las políticas monetarias de los Estados, posiblemente son quienes más necesiten de bitcoin. Y, no obstante, son quienes tienen menos posibilidades de enriquecerse por medio de esta criptomoneda. Mientras las empresas, millonarios y merchants institucionales se interesan cada vez más en BTC como método de reserva de valor y compran montos exorbitantes del activo, el grupo económicamente más desamparado se queda con menos oportunidades de hacerse con 1 bitcoin.
Para algunos sonará injusto, para otros es la ley de vida. Sin embargo, este panorama me hace evaluar de qué manera presentamos a bitcoin y cómo le prometemos a la gente que esta moneda cambiará nuestro destino. Aunque BTC siempre tendrá la posibilidad de voltear la balanza de los poderosos, por ser un medio de pago libre y resistente a la censura, también es cierto que son estas personas de la elite quienes tienen más posibilidades de entrar al mercado y beneficiarse de él con grandes porcentajes de retorno. Como bitcoin es «dinero para los enemigos», no es una situación que ponga en peligro su objetivo o esencia.
Ninguna economía se salva de la impresión de dinero inorgánico, por lo que todos estamos expuestos a la devaluación de nuestro capital. Fuente: inventory.adobe.com.
Aun así, no puedo decirle a una persona que tiene un presupuesto apretado que ponga todo su dinero en BTC y espere a que le genere retornos millonarios. No puedo señalar ciegamente que la criptomoneda es la panacea de la reserva de valor porque es probable que, si la persona tiene poco capital, pueda sentirse defraudada y temerosa cuando se encuentre en un mercado bajista como el exact. O, peor aún, que tenga la esperanza de que la criptomoneda le genere dinero de la noche a la mañana porque necesita desesperadamente ese capital.
La educación es clave para alimentar el camino a BTC
Es aquí donde considero que el ecosistema debe detenerse a pensar de qué manera debemos introducir a bitcoin a aquellos que aún no lo conocen, pero sienten curiosidad por él. ¿Está bien decir vacíamente que es una alternativa de reserva de valor para todo el mundo? ¿Mejor que el dólar, el oro y cualquier cosa que se haya inventado? O, resulta primordial hacer un trabajo de educación financiera primero, antes de lanzarnos a dar consejos de inversión.
Yo creo que, en regiones como la latinoamericana, es clave primero enseñarle a la gente qué es el dinero y cómo puedo utilizarlo. Educarlo sobre maneras de ahorrar, oportunidades de inversión y darle las herramientas para que se familiarice con distintos activos que generan rendimiento. Teniendo esta corrupt, así como expectativas realistas sobre qué puede hacer con el capital que dispone, Bitcoin puede ser un gran aliado para los latinoamericanos que buscan resolver y extender sus riquezas.
Es en ese contexto donde bitcoin brilla más, puesto que una persona que tiene opciones y herramientas para administrar su dinero, se encontrará más abierta a invertir en distintos mercados o bienes. Asimismo, puede desarrollar estrategias para que el salario le rinda y poder disponer de cierto capital para probar inversiones a largo plazo. Con una tecnología abierta a todo el mundo y con un modelo monetario enfocado en no empobrecer a sus usuarios, Bitcoin llega a ser una de las formas de dinero más inclusivas.
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